UBLP Isla Bonita, juventud al poder:
Cinco victorias consecutivas del Isla Bonita La Palma, ese joven equipo que de la mano de su entrenador, Carlos Frade, ha ido creciendo progresivamente hasta alzarse en los primeros puestos de la liga.
FOTO: UB LA PALMA
MIGUEL PANADÉS / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB
Hablaba con Carlos Frade hace unos meses y me aseguraba, desde la distancia, que esa plantilla joven y ambiciosa que dirigía progresaba desde cada entrenamiento, desde cada ejercicio. Que, según él, en una liga exigente y durísima como la Adecco Oro se podía competir perfectamente con jugadores que viven su transición hacia el baloncesto adulto, hacia el baloncesto profesional si éstos reunían la ambición necesaria. Frade apostó, desde el primer día, por un baloncesto de alta intensidad, por un juego de actividad continua, carente a veces de la pausa necesaria para negociar mejor los partidos, pero con la virtud de insistir en ese ritmo trepidante hasta acabar con la resistencia del rival. Esa aparente precipitación le costó algunas victorias al principio pero una vez conseguido el control del “bólido” se está convirtiendo en imparable.
Jugadores que entrenan con la ambición de quien quiere llegar a lo más alto, en un entorno idílico, en un club que se vuelca con la esencia del baloncesto. Canarias respira baloncesto, en la Liga Endesa y en la Adecco Oro con Ibrostar Canarias como líder y La Palma lanzados hacia la cabeza. Hace poco el conjunto de Frade sufría para evitar tener que estar en las duras luchas por evitar el descenso y ahora se encuentra en un lugar reservado a los elegidos. Y todo ello con una plantilla jovencísima, con una media de edad que ronda los veinte años y con un ilustre veterano entre ellos como Sebas Arrocha, ejemplo de persistencia en la competición, de valentía para jugarse los balones decisivos. Incluso los refuerzos extranjeros coinciden con ese perfil de jugador joven y por lo tanto con hambre de hacerse un nombre entre el baloncesto de élite.
¿Quién dijo que los jóvenes no podían destacar en la Adecco Oro? ¿Quién dijo que esta competición significaba un salto demasiado grande para los que salen del baloncesto de formación? No, la Adecco Oro se convierte en un espacio adecuado para todas las generaciones. Y estamos ante unas generaciones de jóvenes jugadores con una calidad física y técnica adecuada y con un conocimiento del juego que sólo necesita paciencia y apuesta por parte de los entrenadores (y sus clubes) tal y como ha tenido el UB La Palma.
FOTO: UB LA PALMA
MIGUEL PANADÉS / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB
Hablaba con Carlos Frade hace unos meses y me aseguraba, desde la distancia, que esa plantilla joven y ambiciosa que dirigía progresaba desde cada entrenamiento, desde cada ejercicio. Que, según él, en una liga exigente y durísima como la Adecco Oro se podía competir perfectamente con jugadores que viven su transición hacia el baloncesto adulto, hacia el baloncesto profesional si éstos reunían la ambición necesaria. Frade apostó, desde el primer día, por un baloncesto de alta intensidad, por un juego de actividad continua, carente a veces de la pausa necesaria para negociar mejor los partidos, pero con la virtud de insistir en ese ritmo trepidante hasta acabar con la resistencia del rival. Esa aparente precipitación le costó algunas victorias al principio pero una vez conseguido el control del “bólido” se está convirtiendo en imparable.
Jugadores que entrenan con la ambición de quien quiere llegar a lo más alto, en un entorno idílico, en un club que se vuelca con la esencia del baloncesto. Canarias respira baloncesto, en la Liga Endesa y en la Adecco Oro con Ibrostar Canarias como líder y La Palma lanzados hacia la cabeza. Hace poco el conjunto de Frade sufría para evitar tener que estar en las duras luchas por evitar el descenso y ahora se encuentra en un lugar reservado a los elegidos. Y todo ello con una plantilla jovencísima, con una media de edad que ronda los veinte años y con un ilustre veterano entre ellos como Sebas Arrocha, ejemplo de persistencia en la competición, de valentía para jugarse los balones decisivos. Incluso los refuerzos extranjeros coinciden con ese perfil de jugador joven y por lo tanto con hambre de hacerse un nombre entre el baloncesto de élite.
¿Quién dijo que los jóvenes no podían destacar en la Adecco Oro? ¿Quién dijo que esta competición significaba un salto demasiado grande para los que salen del baloncesto de formación? No, la Adecco Oro se convierte en un espacio adecuado para todas las generaciones. Y estamos ante unas generaciones de jóvenes jugadores con una calidad física y técnica adecuada y con un conocimiento del juego que sólo necesita paciencia y apuesta por parte de los entrenadores (y sus clubes) tal y como ha tenido el UB La Palma.
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