UB LA PALMA ISLA BONITA: Juventud, divino tesoro.
El UBLP, ahora denominado La Palma Isla Bonita, afronta una nueva campaña lleno de ilusiones y de muchas incógnitas. Óscar Alvarado, Álex López, Roeland Schaftnaar, Joaquín Bonhome, Román Martínez y Cristian Díaz, junto a Sebas Arrocha, continúan de la pasada temporada, y se han incorporado Antonio Peña, Luke Sikma, Fabio Santana, Ewoud Kloos y Walter Tavares. Un grupo muy joven e integrado por jugadores que quieren triunfar en este deporte. Son conscientes de la dificultad de la Liga, pero la juventud les hace exigentes.
FOTO: Gentileza Diario EL DÍA
CARLOS GARCÍA
Nada cambia en la Isla Bonita. Como viene siendo costumbre en los últimos años –nueve consecutivos–, el UB La Palma volverá a competir en la Adecco Oro tras superar un sinfín de sufrimientos económicos. Y lo hace después de no impedir la ejecución del aval correspondiente al curso 2010/11, que dejó en vilo hasta el último suspiro la inscripción de la entidad presidida por Toni Acosta. Para sobrevivir el conjunto palmero ha tenido que solidificar el compromiso suscrito con el Gran Canaria hace dos años. Ahora, el UB ejerce como filial de los amarillos, una relación con sus pros y contras, pero que como resultado inicial suponen la continuidad en la élite de un club histórico.
La dependencia del Granca provoca que La Palma Isla Bonita –nueva denominación comercial del equipo– se nutra básicamente de jugadores jóvenes, sin experiencia, aunque dotados de calidad aún sin explotar. Banco de pruebas a coste cero. Características con las que ya han convivido históricamente los isleños pero que en este curso llegan a cotas casi extremas. Además, el UB deberá minimizar los efectos de la marcha del colombiano Juan Palacios –apuesta del Granca para la ACB– su faro en las dos últimas campañas.
Pese a todo, Carlos Frade, que repite en el banquillo, gozará del privilegio de la continuidad de varios jugadores, un factor inusual en el conjunto palmero, acostumbrado a ver como sus polluelos abandonan el nido cuando aprenden a volar. El técnico madrileño tiene, por tanto, trabajo adelantado para poder mantener sobre la cancha unas marcadas señas de identidad sustentadas en un ritmo de juego vertiginoso que nace desde una presión asfixiante. Es, sin duda, una de las ventajas a aprovechar gracias a la bisoñez de los suyos.
Así, Óscar Alvarado, con la marcha de Dani Rodríguez ejercerá de primer base. También sigue Román Martínez, un tres de garantías que debe dar un paso adelante tras un primer año de adaptación; al igual que Roeland Schaftenaar, pívot que explota más su buena mano que los 2,10 metros que mide. En idénticas circunstancias se encuentran el alero Álex López, llamado a eclosionar de forma definitiva; Ewoud Kloos, otro exterior que ya vistió la casaca palmera meses atrás; y Cristian Díaz, que terminara igualmente la campaña 10/11 a las órdenes de Frade. Además, el cordobés Joaquín Bonhome cumplirá su tercer año en la Isla.
Sebas, más fresco que nunca
Pero si hay un nombre propio en el UB ese es Sebas Arrocha. El sempiterno capitán, ya con 35 años a sus espaldas, sigue igual de fresco que siempre. El Diablo debe ser el líder en la cancha y fuera de ella; el maestro de un grupo imberbe que en más de una ocasión necesitará de la experiencia del escolta palmero. Sebas será el mejor mecenas, no solo para los otros aprendices llegados desde el Granca, sino también para los nuevos extranjeros.
Bajo el cobijo de Arrocha deben crecer Fabio Santana, el interior Samu Domínguez –que ya sabe lo que es ser titular en la ACB–, el caboverdiano Walter Tavares –de 2,20 y una envergadura brutal–, y Bakari Konate –obligado a refrendar las buenas maneras que apuntó años atrás–. Y también aprenderán Luke Sikma y Antonio Peña, otros dos novatos en España. El primero es un interior blanco, con gran intensidad para desenvolverse en la pintura; y el segundo, un dominicano atlético y más móvil que incluso puede desempeñar las labores de tres. Juventud a raudales cuyo resultado es, hoy por hoy, una incógnita. Con ingredientes similares la apuesta de la pasada campaña fue un rotundo éxito. En el UB firmarían repetirla.
FOTO: Gentileza Diario EL DÍA
CARLOS GARCÍA
Nada cambia en la Isla Bonita. Como viene siendo costumbre en los últimos años –nueve consecutivos–, el UB La Palma volverá a competir en la Adecco Oro tras superar un sinfín de sufrimientos económicos. Y lo hace después de no impedir la ejecución del aval correspondiente al curso 2010/11, que dejó en vilo hasta el último suspiro la inscripción de la entidad presidida por Toni Acosta. Para sobrevivir el conjunto palmero ha tenido que solidificar el compromiso suscrito con el Gran Canaria hace dos años. Ahora, el UB ejerce como filial de los amarillos, una relación con sus pros y contras, pero que como resultado inicial suponen la continuidad en la élite de un club histórico.
La dependencia del Granca provoca que La Palma Isla Bonita –nueva denominación comercial del equipo– se nutra básicamente de jugadores jóvenes, sin experiencia, aunque dotados de calidad aún sin explotar. Banco de pruebas a coste cero. Características con las que ya han convivido históricamente los isleños pero que en este curso llegan a cotas casi extremas. Además, el UB deberá minimizar los efectos de la marcha del colombiano Juan Palacios –apuesta del Granca para la ACB– su faro en las dos últimas campañas.
Pese a todo, Carlos Frade, que repite en el banquillo, gozará del privilegio de la continuidad de varios jugadores, un factor inusual en el conjunto palmero, acostumbrado a ver como sus polluelos abandonan el nido cuando aprenden a volar. El técnico madrileño tiene, por tanto, trabajo adelantado para poder mantener sobre la cancha unas marcadas señas de identidad sustentadas en un ritmo de juego vertiginoso que nace desde una presión asfixiante. Es, sin duda, una de las ventajas a aprovechar gracias a la bisoñez de los suyos.
Así, Óscar Alvarado, con la marcha de Dani Rodríguez ejercerá de primer base. También sigue Román Martínez, un tres de garantías que debe dar un paso adelante tras un primer año de adaptación; al igual que Roeland Schaftenaar, pívot que explota más su buena mano que los 2,10 metros que mide. En idénticas circunstancias se encuentran el alero Álex López, llamado a eclosionar de forma definitiva; Ewoud Kloos, otro exterior que ya vistió la casaca palmera meses atrás; y Cristian Díaz, que terminara igualmente la campaña 10/11 a las órdenes de Frade. Además, el cordobés Joaquín Bonhome cumplirá su tercer año en la Isla.
Sebas, más fresco que nunca
Pero si hay un nombre propio en el UB ese es Sebas Arrocha. El sempiterno capitán, ya con 35 años a sus espaldas, sigue igual de fresco que siempre. El Diablo debe ser el líder en la cancha y fuera de ella; el maestro de un grupo imberbe que en más de una ocasión necesitará de la experiencia del escolta palmero. Sebas será el mejor mecenas, no solo para los otros aprendices llegados desde el Granca, sino también para los nuevos extranjeros.
Bajo el cobijo de Arrocha deben crecer Fabio Santana, el interior Samu Domínguez –que ya sabe lo que es ser titular en la ACB–, el caboverdiano Walter Tavares –de 2,20 y una envergadura brutal–, y Bakari Konate –obligado a refrendar las buenas maneras que apuntó años atrás–. Y también aprenderán Luke Sikma y Antonio Peña, otros dos novatos en España. El primero es un interior blanco, con gran intensidad para desenvolverse en la pintura; y el segundo, un dominicano atlético y más móvil que incluso puede desempeñar las labores de tres. Juventud a raudales cuyo resultado es, hoy por hoy, una incógnita. Con ingredientes similares la apuesta de la pasada campaña fue un rotundo éxito. En el UB firmarían repetirla.
<< Home