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29 abril 2010

Rafa Sanz: “No sé dónde estaré el año que viene, pero La Palma siempre estará en mi corazón...”.

Terminada la competición, es hora de realizar los primeros análisis y valoraciones de lo que ha sido una temporada vibrante y llena de buenos momentos, a pesar de que finalmente no se hiciera realidad el anhelado deseo de acceder a los play-offs. Aún con todo, en medio de lo positivo también hubo aspectos a corregir y también a mejorar. De todo ello nos habla Rafa Sanz, el técnico que este año ha llevado las riendas del UB La Palma, quien poco antes de abandonar nuestra Isla no tuvo reparos en conceder una entrevista exclusiva a nuestra web para hacer cumplido repaso de todo lo que ha rodeado, en palabras del propio entrenador cordobés, a una campaña notable por parte del conjunto blanquiazul.


FOTO: César Borja / UB LA PALMA

FRAN HERRERA

El pasado viernes la temporada regular de la Liga Adecco oro echaba el telón en Miraflores para un UB La Palma que apuró hasta esa última jornada sus opciones de entrar en los play-offs, cumpliendo así el objetivo planteado allá por el mes de agosto por su técnico Rafa Sanz, quien fiel a su talante ambicioso y competitivo no dudó en señalar públicamente que esta campaña el reto del UB La Palma debía ser huir del habitual conformismo por lograr la permanencia, para pasar a luchar hasta el último partido por intentar meterse entre los nueve primeros. La idea parecía entonces algo descabellada, pero el preparador cordobés y su equipo demostraron que, con trabajo y la mentalidad adecuada, era posible. Sin embargo, el devenir de la temporada dejó finalmente a los blanquiazules al borde de alcanzar ese sueño: 10º puesto con un balance de 16 victorias y 18 derrotas, logro más que meritorio si tenemos en cuenta que se trata de la segunda mejor clasificación obtenida en las siete temporadas en la categoría.

Hoy, con la reposada ‘cordura’ que da el tiempo, en este caso las horas transcurridas desde el partido ante el Cáceres 2016, es el momento de realizar un detenido análisis de todo lo que nos dejó una temporada a todas luces inolvidable. Y para hacerlo, nadie mejor que el técnico Rafa Sanz, verdadero alma mater del proyecto 2009/10 del UB La Palma, quien en una amplia entrevista concedida a ublapalma.blogspot.com repasó todo lo que dio de sí la recién finalizada campaña del cuadro blanquiazul.

A la hora de empezar a valorar el trabajo desarrollado en el transcurso de los últimos ocho meses, el técnico cordobés prefirió centrarse –lógicamente- en la parcela deportiva: "Habría que parcializar el análisis, ya que generalizar es equivocarse, y si en unos aspectos mi valoración es muy alta, en otros, no tanto. A modo de resumen, te diría que en lo deportivo, mi nota es la de notable. Dentro de lo deportivo, me enorgullece el grado de cohesión que ha habido en el grupo, así como el compromiso con el club y la lealtad al mismo a través del esfuerzo. Poca gente podrá tener un reproche en cuanto al esfuerzo de esta plantilla. Nadie en su sano juicio lo hará, ya que los jugadores se han ganado su sueldo. Y luego, también han habido otros apartados mejorables, obviamente...".

Remontándonos a finales de agosto, momento en el que dieron inicio los entrenamientos del equipo, Rafa Sanz recuerda que "una de mis ideas claras era que desterrar nuestros complejos, nuestras refugios en excusas baratas y nuestras cantinelas de equipo pequeño, jugando como un equipo grande, con reparto de responsabilidades delante, con presión al balón detrás y, fundamentalmente, sin especulaciones. Para eso sería básico una rotación de diez jugadores, esfuerzo máximo, ritmo alto e ir de frente siempre. El entrenador no puede decir una cosa y hacer la contraria, así que los ‘trampeos’ no iban con nosotros. Pensamos desde el principio en tener un sello propio, con miras altas y sin temores. Alguna vez nos han partido la cara, pero también es cierto que en muchas otras acabamos remontando el marcador producto de esa fe en lo que hacíamos".

Precisamente, el estilo de juego puesto en práctica esta temporada por el UB La Palma ha sido uno de los aspectos más reseñables desde la óptica del aficionado, que ha disfrutado con el baloncesto abierto, directo y nada especulativo practicado por los blanquiazules: "El juego del equipo ha ido formándose a lo largo del curso. Empezamos con mucha velocidad en ataque, pero con poca consistencia en defensa. Luego, hemos crecido más en lo defensivo, haciéndonos en consecuencia más previsibles delante. En cualquier caso, estoy contento del ritmo al que hemos jugado; por ahí hemos crecido y también algunas veces hemos muerto, pero esa era la única vía -la del riesgo- que nos podía acercar a equipos de mayor nivel".

El preparador cordobés se muestra satisfecho de la manera en la que ha jugado su equipo, consciente de lo complicado que resulta transmitir su ‘filosofía’ baloncestística a los jugadores en unos pocos meses, aunque lamenta que lejos de Miraflores la imagen dada no siempre haya sido la mejor: "Es fácil decir que a veces nos ha faltado parar nuestro juego para pensar y buscar a éste o a aquel otro jugador; eso es muy fácil decirlo, pero cuando construyes un juego basado en el ritmo alto, y cuando para muchos jugadores ese estilo es novedoso, no es fácil jugar rápido y pensar a la misma velocidad, lo mismo que no confundir el jugar rápido con el no hacer nada en defensa. En Tenerife tardé dos años en tener dos ‘ritmos’, y eso manteniendo a la base de la plantilla de un año para otro, así que estoy contento del nivel de juego mostrado en casa. Sin embargo, también estoy muy frustrado por cómo lo hemos hecho fuera". Precisamente sobre este último aspecto matiza que "fuera de casa nos ha faltado ambición en unos casos, confianza y experiencia en otros, así como también calidad, y es justo reconocerlo. Para entender esto mejor habría que individualizar el análisis; yo lo he hecho en privado con los jugadores, pero nunca lo haré en público...".

A pesar de todo, y con la perspectiva que da el paso de los días tras la disputa del último partido ante el Cáceres 2016, considera que “el balance final de 16-18 y el décimo puesto se pueden calificar de notable, y como he dicho alguna vez, ha sido un muy buen año para el club y para la afición, pero yo me he sentido algo triste al ver que no podíamos llegar al play-off. Desde que perdimos en Vigo ya pensé que estaba muy negro, y al final, no pudo ser...".

En cualquier caso, Rafa Sanz siempre ha destacado la ética de trabajo y la magnífica predisposición que encontró en los integrantes de la plantilla que tuvo a sus órdenes: "La progresión de los jugadores ha sido buena, y eso habla bien de ellos. Para mí ha sido un placer trabajar con este grupo. Ha habido buena disposición en el trabajo diario y muchos van a ir hacia arriba, y eso me enorgullece. Si añades que el equipo no ha tenido problemas clasificatorios por abajo, que es su hábitat por el presupuesto que manejamos, entonces el año es notable. Otra cosa es mi sensación personal, ya que mi anhelo, mi deseo, estaba –quizás- por encima de la realidad que luego me encontré. Sin embargo, ver el Pabellón de Miraflores casi lleno, puesto en pié y aplaudiendo al equipo el último día, creo que resume bien el sentimiento de la afición con este equipo".

A nivel personal, y siendo un entrenador que siempre vive intensamente desde la banda el desarrollo de los partidos, destaca su buena relación con los colegiados, a los que nunca puso como ‘excusa’ cuando los resultados no fueron los esperados: "No sé si hay o no algún otro entrenador al que no le hayan señalado una técnica esta temporada, pero lo que tengo claro es que el respeto a los árbitros es esencial, y creo que hablar de ellos continuamente es una excusa vulgar e impropia de un equipo con aspiraciones. En eso también hemos crecido. A los árbitros, cuánto menos atención se le preste, mejor. Además, pienso que en la LEB Oro el nivel es bueno, y la prueba es la cantera que supone para la ACB...".

Cambiando de tercio, quisimos conocer también su valoración de las nuevas normas introducidas en la competición durante la presente campaña, así como su incidencia en el desarrollo del juego: "No me convencen los cambios. En vez de más espacios, hay un colapso mayor de la zona, ya que hay más ayudas y a los equipos les da igual que les tiren de 3 puntos. Falta ‘ensanchar’ el campo y reducir un poco más la zona. Además, hemos visto como algunos tiradores de clase media se han convertido este año en clase muy baja, ya que el alejamiento de la línea les ha quitado su dominio anterior. Faltan piernas a muchos, y una mejora técnica generalizada. Del curso pasado subieron varios jugadores, yo diría que bastantes, a ACB, por la obligatoriedad de tener 6 seleccionables de golpe y porrazo, lo que ha hecho que en la LEB haya este año un juego de menor calidad técnica".

Sin embargo, el preparador cordobés considera que la competición ha seguido manteniendo un gran atractivo para el aficionado: "La LEB Oro es una liga muy interesante, con buen nivel deportivo. Es cierto que la crisis está vulgarizando algunas organizaciones, pero está en la responsabilidad de todos el que esta liga siga siendo puntera en Europa. Y ahí los entrenadores también tenemos nuestra cuota, con una propuesta de juego atractiva y una defensa de nuestro status acorde con nuestra responsabilidad en el funcionamiento de un equipo".

Finalmente, Rafa Sanz también quiso enviar un mensaje de agradecimiento hacia una afición que supo valorar su trabajo y que siempre estuvo al lado del equipo: "Sé que hay gente que se emociona con este equipo; sé de mucha gente que no entiende de rencillas, de fibias ni de fobias, y que es del UB siempre, pase lo que pase. Pero me vas a dejar que me dirija a esa gente que me ha dado las gracias en estos días. Quiero decirles que las gracias son mías hacia ellos por esa generosidad. Yo hago lo que me gusta y me pagan por ello; ellos pagan para que otros no les fallemos. Gracias por el respeto al puesto de entrenador, ya que en ese sentido son especie en extinción; gracias por la confianza que nos han dado, y gracias también por soñar junto a nosotros. No sé dónde estaré el año que viene, pero La Palma siempre estará en mi corazón...".