El Tenerife desarboló a un triste UB La Palma (93-68).
El conjunto de Eloy Doce fue inferior a su rival desde el mismo salto inicial y, salvo en una fase del segundo cuarto, no dio nunca la sensación de poder plantarle cara a un Tenerife muy intenso en defensa y tremendamente fino en ataque...
FOTO: Fran Herrera
FRAN HERRERA
No hubo color. El Tenerife Baloncesto tenía mayor necesidad de ganar y lo hizo jugando un gran partido de principio a fin frente a un UB La Palma que, tras la imparable salida de Antwain Barbour (foto), apenas opuso resistencia hasta mediados del segundo cuarto, pero un parcial de 12-0 para los locales puso el electrónico en un 39-24 que ya resultaría definitivo, máxime tras llegarse al descanso con un concluyente 49-31. A partir del descanso las diferencias fueron en aumento, ya que los locales mantuvieron en todo momento la intensidad y el acierto en su juego frente a un UB errático y sin recursos, de manera que a principios del último cuarto la ventaja ya era de treinta puntos (77-47) en favor del equipo de Rafa Sanz. Sólo la casta de Kiril Wachsmann y algunas acciones de Sebas Arrocha permitieron que la desventaja palmera no fuera a más, si bien el 93-68 final tampoco deja de ser un duro correctivo. Y lo peor de todo no fue la derrota en si misma, lo peor fue la triste imagen dada por un equipo que a lo largo de la temporada se ha caracterizado por hacer las cosas mucho -muchísimo- mejor de lo visto anoche, donde ni hubo ideas ni acierto en la pista...
El partido tuvo poca historia. De entrada los locales se encomendaron a Antwain Barbour y el americano no decepcionó; una penetración, un 2+1 y un mate estratosférico (digno de Michael Jordan) establecieron de salida un 7-0 que era toda una declaración de intenciones. La Palma ni defendía ni veía aro, y tras dos acciones consecutivas del herreño Oliver Arteaga (11-1) a Eloy Doce no le quedaba más remedio que pedir un tiempo muerto. Tras el parón Barbour siguió haciendo de las suyas: dos mates tras pérdidas inocentes de balón por parte palmera y una penetración culminada con una “bombita” le convertían en el gran protagonista del partido con 13 puntos. El técnico palmero había incido en la necesidad de parar la salida en tromba de los locales pero el alero de Kentucky echó por tierra todos sus planteamientos (19-8).
A partir de ahí sus compañeros hicieron el resto. Dos tiros libres de Coego y un triple del capitán Iván Rodríguez elevaban un poquito más la diferencia para los tinerfeños (24-10). Tras una canasta de Albert en la pintura, los colegiados le señalan a Wachsmann una falta antideportiva al intentar frenar a Rodríguez. Estaba visto que a los palmeros no les salía nada de nada, llegándose al final del cuarto con una suspensión de Arrocha que ponía el 27-14 en el marcador.
La diferencia era amplia pero recuperable, si bien las sensaciones que habían dejado unos y otros en los primeros diez minutos no invitaban al optimismo. Sin embargo, en el arranque del segundo cuarto el UB se aplicó un poquito en defensa y en ataque había más claridad, por lo que tras un 0-8 de parcial (con dos canastas de Albert) el marcador se estrechaba hasta un 27-22 que hacía que Rafa Sanz parase el partido para llamar a capítulo a los suyos. Fueron los únicos minutos de la noche en los que La Palma dio la sensación de poder plantar cara a su rival. Sin embargo, todo fue un espejismo: tras el tiempo muerto, los locales respondieron con otro parcial, esta vez de 12-0 (triples de Edu Sánchez y Elliot incluidos), que dejó noqueados a los palmeros (39-22).
Quedaba mucho aún por jugar, si, pero ya no habría más partido. La Palma no tenía tiro exterior y sólo anotaba gracias a sus hombres interiores (Wachsmann y Koffi), aportación insuficiente para hacer frente a un Tenerife que machacaba desde todas las zonas de la cancha con unos porcentajes realmente devastadores (al descanso llevaban un 70% en T2 y un 71% en T3), no dando opciones a su oponente. Una penetración de Francis Sánchez, un triple de Klein, otro de Elliot desde la esquina... Nada que hacer. Lo mejor que le podía suceder al UB es que llegara el descanso, y lo hizo en forma de 49-31 que dejaba todo sentenciado. Ah, y eso que Barbour se pasó sentado en el banquillo todo este cuarto...
La dinámica de los de Eloy Doce no era buena y en el tercer cuarto tampoco mejoró. Tras otro triple de Rodney Elliot la ventaja local alcanzaba la veintena (54-34). El Tenerife era un vendaval y su público se lo pasaba en grande. Luego llegaron un triple de Klein y una bonita canasta en penetración y contra tabla de Mena como réplica. Edu Sánchez enchufó otra desde la línea de 6,25 tras un jugadón de Barbour y Liñán les protestó algo a los árbitros para recibir una técnica. Aquello ya iba de mal en peor... Desde entonces hasta el final del cuarto los de Rafa Sanz se dedicaron a administrar su ventaja, entrándose en una fase de intercambio de canastas entre ambos equipos. En La Palma se pueden rescatar un par de tiros (uno de ellos de tres) y una bonita asistencia de Turner, así como sendas acciones de Wachsmann en la zona. Y para cerrar el cuarto, triplazo de Barbour sobre la bocina que ponía en pie al público del Santiago Martín y el 71-47 en el marcador...
Y lo peor es que aún restaba un cuarto. Ya para entonces La Palma casi había bajado los brazos y se dejaba llevar por las circunstancias. De salida el Tenerife logra un 6-0 de parcial que lleva la diferencia hasta la treintena (77-47), algo que ni los más optimistas seguidores "chicharreros" hubiesen siquiera imaginado antes de empezar el choque. Uno miraba el tiempo que restaba y hacía cálculos de la “paliza” que le podía caer al UB, ¿para que engañarnos? Pero entonces aparecieron dos jugadores con orgullo, Sebas Arrocha (7 puntos) y Kiril Wachsmann (8 puntos), para maquillar un poco la diferencia. Por cierto, que Arrocha anotó una gran canasta a aro pasado que provocó aplausos generalizados en la grada...
Al final, el electrónico marcaba un sonrojante 93-68 que reflejaba fielmente lo que había acaecido sobre el parquet, donde la sensación que a uno se le quedó es la de que sólo había jugado un equipo: el Tenerife Baloncesto. En cuanto al UB La Palma, sinceramente creo que los jugadores lo intentaron pero no les salió nada y en ningún momento pudieron hacer frente a un rival que encaró el partido con una motivación y un acierto muy elevados.
Eso y que físicamente (y mentalmente) el equipo ya da para poquito más, si acaso para ganar algún partido de los que restan en casa (Palma Aqua Mágica y Tarragona) y listos. Más no se le puede pedir tampoco a una plantilla de diez jugadores cuya media de edad supera los 30 años y que ha sido exprimida hasta el límite para obtener un objetivo (la salvación) que ahora mismo a otros les quita el sueño, no lo olvidemos...
Ah, y vaya desde aquí mi reconocimiento para el centenar de palmeros que se dieron cita en las gradas del Santiago Martín para estar con su equipo y que, a pesar del resultado, se quedaron esperando a que los jugadores regresaran a la pista desde los vestuarios para tributarles un aplauso, seguramente más por lo hecho durante la temporada que por el juego exhibido ayer ante el Tenerife. Y a pesar de esto último, no se escuchó ni un reproche ni un silbido hacia el equipo. A fin de cuentas, “sentir” a tu equipo está por encima de victorias o derrotas, por muy dura que haya sido la derrota de anoche...
FOTO: Fran Herrera
FRAN HERRERA
No hubo color. El Tenerife Baloncesto tenía mayor necesidad de ganar y lo hizo jugando un gran partido de principio a fin frente a un UB La Palma que, tras la imparable salida de Antwain Barbour (foto), apenas opuso resistencia hasta mediados del segundo cuarto, pero un parcial de 12-0 para los locales puso el electrónico en un 39-24 que ya resultaría definitivo, máxime tras llegarse al descanso con un concluyente 49-31. A partir del descanso las diferencias fueron en aumento, ya que los locales mantuvieron en todo momento la intensidad y el acierto en su juego frente a un UB errático y sin recursos, de manera que a principios del último cuarto la ventaja ya era de treinta puntos (77-47) en favor del equipo de Rafa Sanz. Sólo la casta de Kiril Wachsmann y algunas acciones de Sebas Arrocha permitieron que la desventaja palmera no fuera a más, si bien el 93-68 final tampoco deja de ser un duro correctivo. Y lo peor de todo no fue la derrota en si misma, lo peor fue la triste imagen dada por un equipo que a lo largo de la temporada se ha caracterizado por hacer las cosas mucho -muchísimo- mejor de lo visto anoche, donde ni hubo ideas ni acierto en la pista...
El partido tuvo poca historia. De entrada los locales se encomendaron a Antwain Barbour y el americano no decepcionó; una penetración, un 2+1 y un mate estratosférico (digno de Michael Jordan) establecieron de salida un 7-0 que era toda una declaración de intenciones. La Palma ni defendía ni veía aro, y tras dos acciones consecutivas del herreño Oliver Arteaga (11-1) a Eloy Doce no le quedaba más remedio que pedir un tiempo muerto. Tras el parón Barbour siguió haciendo de las suyas: dos mates tras pérdidas inocentes de balón por parte palmera y una penetración culminada con una “bombita” le convertían en el gran protagonista del partido con 13 puntos. El técnico palmero había incido en la necesidad de parar la salida en tromba de los locales pero el alero de Kentucky echó por tierra todos sus planteamientos (19-8).
A partir de ahí sus compañeros hicieron el resto. Dos tiros libres de Coego y un triple del capitán Iván Rodríguez elevaban un poquito más la diferencia para los tinerfeños (24-10). Tras una canasta de Albert en la pintura, los colegiados le señalan a Wachsmann una falta antideportiva al intentar frenar a Rodríguez. Estaba visto que a los palmeros no les salía nada de nada, llegándose al final del cuarto con una suspensión de Arrocha que ponía el 27-14 en el marcador.
La diferencia era amplia pero recuperable, si bien las sensaciones que habían dejado unos y otros en los primeros diez minutos no invitaban al optimismo. Sin embargo, en el arranque del segundo cuarto el UB se aplicó un poquito en defensa y en ataque había más claridad, por lo que tras un 0-8 de parcial (con dos canastas de Albert) el marcador se estrechaba hasta un 27-22 que hacía que Rafa Sanz parase el partido para llamar a capítulo a los suyos. Fueron los únicos minutos de la noche en los que La Palma dio la sensación de poder plantar cara a su rival. Sin embargo, todo fue un espejismo: tras el tiempo muerto, los locales respondieron con otro parcial, esta vez de 12-0 (triples de Edu Sánchez y Elliot incluidos), que dejó noqueados a los palmeros (39-22).
Quedaba mucho aún por jugar, si, pero ya no habría más partido. La Palma no tenía tiro exterior y sólo anotaba gracias a sus hombres interiores (Wachsmann y Koffi), aportación insuficiente para hacer frente a un Tenerife que machacaba desde todas las zonas de la cancha con unos porcentajes realmente devastadores (al descanso llevaban un 70% en T2 y un 71% en T3), no dando opciones a su oponente. Una penetración de Francis Sánchez, un triple de Klein, otro de Elliot desde la esquina... Nada que hacer. Lo mejor que le podía suceder al UB es que llegara el descanso, y lo hizo en forma de 49-31 que dejaba todo sentenciado. Ah, y eso que Barbour se pasó sentado en el banquillo todo este cuarto...
La dinámica de los de Eloy Doce no era buena y en el tercer cuarto tampoco mejoró. Tras otro triple de Rodney Elliot la ventaja local alcanzaba la veintena (54-34). El Tenerife era un vendaval y su público se lo pasaba en grande. Luego llegaron un triple de Klein y una bonita canasta en penetración y contra tabla de Mena como réplica. Edu Sánchez enchufó otra desde la línea de 6,25 tras un jugadón de Barbour y Liñán les protestó algo a los árbitros para recibir una técnica. Aquello ya iba de mal en peor... Desde entonces hasta el final del cuarto los de Rafa Sanz se dedicaron a administrar su ventaja, entrándose en una fase de intercambio de canastas entre ambos equipos. En La Palma se pueden rescatar un par de tiros (uno de ellos de tres) y una bonita asistencia de Turner, así como sendas acciones de Wachsmann en la zona. Y para cerrar el cuarto, triplazo de Barbour sobre la bocina que ponía en pie al público del Santiago Martín y el 71-47 en el marcador...
Y lo peor es que aún restaba un cuarto. Ya para entonces La Palma casi había bajado los brazos y se dejaba llevar por las circunstancias. De salida el Tenerife logra un 6-0 de parcial que lleva la diferencia hasta la treintena (77-47), algo que ni los más optimistas seguidores "chicharreros" hubiesen siquiera imaginado antes de empezar el choque. Uno miraba el tiempo que restaba y hacía cálculos de la “paliza” que le podía caer al UB, ¿para que engañarnos? Pero entonces aparecieron dos jugadores con orgullo, Sebas Arrocha (7 puntos) y Kiril Wachsmann (8 puntos), para maquillar un poco la diferencia. Por cierto, que Arrocha anotó una gran canasta a aro pasado que provocó aplausos generalizados en la grada...
Al final, el electrónico marcaba un sonrojante 93-68 que reflejaba fielmente lo que había acaecido sobre el parquet, donde la sensación que a uno se le quedó es la de que sólo había jugado un equipo: el Tenerife Baloncesto. En cuanto al UB La Palma, sinceramente creo que los jugadores lo intentaron pero no les salió nada y en ningún momento pudieron hacer frente a un rival que encaró el partido con una motivación y un acierto muy elevados.
Eso y que físicamente (y mentalmente) el equipo ya da para poquito más, si acaso para ganar algún partido de los que restan en casa (Palma Aqua Mágica y Tarragona) y listos. Más no se le puede pedir tampoco a una plantilla de diez jugadores cuya media de edad supera los 30 años y que ha sido exprimida hasta el límite para obtener un objetivo (la salvación) que ahora mismo a otros les quita el sueño, no lo olvidemos...
Ah, y vaya desde aquí mi reconocimiento para el centenar de palmeros que se dieron cita en las gradas del Santiago Martín para estar con su equipo y que, a pesar del resultado, se quedaron esperando a que los jugadores regresaran a la pista desde los vestuarios para tributarles un aplauso, seguramente más por lo hecho durante la temporada que por el juego exhibido ayer ante el Tenerife. Y a pesar de esto último, no se escuchó ni un reproche ni un silbido hacia el equipo. A fin de cuentas, “sentir” a tu equipo está por encima de victorias o derrotas, por muy dura que haya sido la derrota de anoche...
TENERIFE RURAL: Edu Sánchez (12), Antwain Barbour (18), Jason Klein (8), Rodney Elliot (14) y Oliver Arteaga (12) -quinteto inicial- Omar Quintero (2), Samuel Albertos (2), Jon Kortaberría (0), Iván Rodríguez (5), Francis Sánchez (9), José Manuel Coego (11) y Javi Pérez (0). Entrenador: Rafa Sanz.
UB LA PALMA: Andre Turner (13), Sebas Arrocha (15), Steven Edwards (0), Kiril Wachsmann (17) y Alfons Albert (10) -cinco inicial- Raúl Mena (2), Juan Carlos Liñán (5), Francis Koffi (4), Kestas Sestokas (0) y Quique Barcenas (0). Entrenador: Eloy Doce.
Marcador cada 5 minutos: 13-6, 27-14, 37-22 y 49-31 (descanso); 62-38, 71-47, 77-51 y 93-68 (final).
Árbitros: Ricardo Santana y Juan Carlos Rodríguez. Estuvieron mal. Señalaron una técnica a Juan Carlos Liñán en el segundo cuarto.
Incidencias: Unos 2.000 espectadores en el Pabellón Santiago Martín, entre ellos casi un centenar de seguidores palmeros. El partido fue retransmitido en directo para las dos islas por Canal 11-La Palma y por Canal 4-Tenerife.
LA FIGURA: Tal y como se esperaba, el alero norteamericano Antwain Barbour fue el “elemento” que desequilibró el choque, y además lo hizo al inicio, dando luego mucha confianza a su equipo. El de Kentucky fue de más a menos en el capítulo anotador, pero suyos fueron los mejores momentos del partido gracias a sus exhibiciones de manejo de balón en el 1x1 y a tres mates de concurso... Acabó con 18 puntos (1/1 en T1, 7/9 en T2 y 1/4 en T3), 4 asistencias, 5 rebotes, 2 robos y 5 faltas recibidas en 29 minutos de juego, para un 25 de valoración final...
FOTOS DEL PARTIDO:
FOTOS: Fran Herrera
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