Rafa Sanz: "Es agradable saber que quieren que siga, pero hay que sopesarlo y que el club clarifique su futuro".

RAFAEL SANZ ARMADA - ENTRENADOR DE LA UNIÓN BALONCESTO LA PALMA

Texto: Carlos Negrín
Foto: César Borja

Rafa Sanz ha cumplido un lustro en La Palma. Son cinco años intensos, de plena lucha y de continua batalla. Con algunos momentos delicados a sus espaldas, con la amargura en sus palabras por las limitaciones de la nave blanquiazul y la falta de respeto al puesto de entrenador que abunda en el deporte. Sanz Armada responde con contundencia, como siempre, a las preguntas de DIARIO DE AVISOS. Fiel a su estilo directo, y provocador en ocasiones, el técnico cordobés no rehúye el contacto y va de frente. Cinco años con sombras, pero fundamentalmente con luces. Muchas luces que han colocado a La Palma en el mapa cestista nacional, hablamos con uno de sus principales ’culpables’.

- Objetivo cumplido, vaya alegría la del pasado viernes, ¿qué sintió?

"Tranquilidad por el peso que me he quitado de encima, mi compromiso con esta tierra es grande y no quería defraudar a tanta confianza. Es un éxito enorme el haber conseguido mantener al equipo en la LEB otro año. Ha sido el reto deportivo más difícil de mi carrera como entrenador".

- Cuando se perdió con Melilla y La Palma se colocó colista, nadie pensaba en la salvación. Se habló de equipo acabado, se instaba a un milagro, pero usted siempre confió, ¿por qué?

"Porque creo en los jugadores. Creo por norma general en los jugadores, y de forma particular en la mayoría de los que tengo este año. Sabía que no se iban a rendir y que su corazón y pasión por el baloncesto iban a ser vitales para sacar al equipo de tan abajo. Es un equipo al que no le asustan los retos. Nos hemos crecido en la adversidad".

-No hubo mucha gente que los apoyasen, incluso hubo voces dentro del club que crearon cierta duda sobre el compromiso de la plantilla.
"Necedades, populismo barato en tiempos de crisis. Es fácil aliarse con la masa para decirle lo que quiere oír. Yo sabía dónde estaba la tecla que había que tocar y cuándo y cómo hacerlo. Mis jugadores y mis ayudantes han dado una lección de profesionalidad, lo demás no importa".

-Nueve derrotas seguidas, alguno deseando su caída, pero usted más fuerte que nunca y defendiendo al equipo, enfrentándose a medio mundo como en León. Vaya año duro, ¿no?

"Yo caigo mal a alguna gente, y es normal que estén esperando que me dé una hostia para decir: ’Ves, si ya lo dije yo, que no sirve para nada’. A esos, les digo que no desesperen, en deporte todos caemos alguna vez. Lo de León fue un momento duro, del que aprendí mucho".

-Pero plantó cara y en su carta no dejó indiferente a nadie, ¿fueron los días más duros como entrenador de los cinco que lleva en La Palma?

"No, fue un ’aquí estamos’. O más bien, ’aquí estoy’. Si queréis una cabeza, ya tenéis la mía. Si bajamos y la excusa es que los árbitros tomaron represalias contra mí, ya la tenéis. Quien pensara eso no confía en la honradez arbitral, yo sí. Fue un hecho puntual con unos anotadores, después hubo mucho bombo y platillo. Me sirvió para posicionar a las tropas".

-¿Y cómo estaban las tropas?

"Había mucho fuego enemigo con ganas de herir, pero, calor humano atrincherado a mi lado. Poquito, pero intenso y me dio fuerzas. Hay gente que vale la pena, y por la que uno lucha cada día. Agradezco las muestras de apoyo de aquellos días. Hubo gente de muchos sitios que me dio ánimos y lo agradezco de corazón".

-No hay nadie en ACB, ni en LEB que lleve cinco años en el mismo banquillo, ¿tan bueno es usted o tanto confía en usted Carlos Toledo?

"Yo soy un profesional decente, que no es poco. Me considero un entrenador honrado y trabajador, y llevo dieciséis temporadas entrenando sin parar. Comencé muy joven y tengo las mismas ganas que el primer día. El club confía en mí porque yo no les fallo, doy lo que tengo y pongo la cara aunque me la partan. A mi presidente seguro que no le gustan mis formas muchas veces, pero no es tonto. No soy fácil de llevar, pero tras cinco años las cartas están marcadas".

-¿Se quedaría con muchos jugadores de esta temporada?

"Claro que sí, otra cosa es que eso se pueda llevar a cabo. En La Palma se revalorizan jugadores, y eso es bueno, pero impide tener continuidad. Creo que el exitazo que hemos logrado es gracias a la fe de ellos en el trabajo, han sido honrados y disciplinados. No hubiera permitido una conducta diferente, pero lo han hecho con pasión y amor propio, por eso nos hemos salvado".

-¿Usted seguirá la próxima temporada?

"No lo sé, ahora mismo estoy cansado. Ha sido un año duro. Necesito descansar y pensar".

-¿El club le quiere?

"Sí, para mí es agradable saberlo. Aunque primero quiero sopesar todo bien, y que el club clarifique su futuro".

-¿Qué significa para usted la Isla de La Palma?

"Una Isla a la que le falta arrojo y descaro y le sobran complejos y tabúes. Con unos paisajes impresionantes fruto de una creación no humana. Falta que las cosas que dependen de los humanos sean de un nivel parecido".

-Usted no es muy amigo de la vida social, por momentos se le ha visto algo aislado, ¿ha sentido la soledad del entrenador?

"La soledad del entrenador existe. Es un puesto expuesto a la crítica, en muchas ocasiones desde la ignorancia más atrevida. Yo estoy en La Palma para ganar partidos y cumplir objetivos no para compadrear. Pero he recibido muestras de cariño innumerables, más de las que merezco quizás. Gobernar un equipo es muy complicado y no se puede hacer desde el amiguismo. Mi relación con los jugadores es profesional, soy exigente con ellos, porque el éxito se consigue con sacrificio y respeto. Tampoco me gusta mucho alternar, así que me dedico a trabajar que me reportará más éxitos".

-¿Qué opina de su club?

"Les agradezco la confianza que han puesto en mí. En un club como el nuestro el entrenador está en primera línea de fuego constantemente, ellos saben que por mi carácter no me asusta el reto, pero no es fácil. Andrés y Fredy son dos gestores eficientes que han hecho realidad un sueño. Hay sencillez y pasión, y con eso van saliendo las cosas. Es un proyecto para apoyar, vale la pena".

-Y para la afición...

"Quiero tener un recuerdo para los que cuando el Madrid jugó contra el Arsenal, ’pasaron’ del fútbol y subieron a Miraflores. Para los que cuando ese mismo día perdíamos de cinco a poco más de medio minuto, decidieron quedarse porque sabían que podíamos. Ahora es fácil decir soy de la UB, pero yo soy de los otros. De los del ’manque pierda’ que dicen los béticos. Les doy las gracias, no soy el más simpático del mundo, pero he notado el cariño de mucha gente. A los que les caigo peor, les tranquilizo, no hay mal que cien años dure".